A la hora de adquirir una vivienda es necesario conocer la amplia gama de inmuebles que nos ofrece el mercado para poder escoger la que mejor se adapte a nuestras necesidades. Así, distinguimos entre:
Viviendas libres
En este tipo las rentas del alquiler no se encuentran reguladas y suelen seguir las tendencias de las rentas del mercado. Su precio depende de las fluctuaciones del mercado, por lo que el comprador sólo necesita encontrar la financiación necesaria para adquirir la casa.
Viviendas de protección
Son promovidas por las Administraciones Públicas y están destinadas a determinados colectivos en riesgo de exclusión social, con bajos ingresos, etc. Estas viviendas tienen un precio reducido y cumplen con determinados requisitos de uso, precio y calidad. Su precio se marca entre el Estado y la Comunidad Autónoma correspondiente, variando según el IPC.
Ambos tipos de vivienda pueden ser de obra nueva, de segunda mano o para reformar.
Viviendas de obra nueva
Inmuebles que aún no han sido habitados por ningún inquilino. Este concepto también puede extenderse a las viviendas pendientes de construir, que han sido compradas “sobre planos”. Así, se puede diferenciar entre obra nueva terminada, cuando la construcción está totalmente acabada; u obra nueva en construcción, cuando se necesita financiación para construir y se hace una hipoteca sobre el inmueble en construcción.
Viviendas de segunda mano
Independientemente de la antigüedad del inmueble, se consideran viviendas de segunda mano las que ya han sido habitadas por unos inquilinos que traspasan la vivienda a un nuevo propietario. Se puede dar el caso de que la vivienda esté sin estrenar.
Viviendas para reformar
Esta tipología suele ser más económica y permite acomodar el inmueble a gusto de cada uno. Además, permite mejorar las prestaciones y facilita el ahorro de energía. La reforma busca lograr una mejora en la estructura del inmueble o en su aspecto.
Es importante tener en cuenta que, a la hora de adquirir una vivienda que no ha sido habitada aún, los servicios de agua, electricidad y gas no suelen estar contratados; lo que conlleva un gasto y la presentación de la documentación necesaria.
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