Hay momentos en la vida en los que las cosas cambian. Uno de los saltos más importantes es la decisión de adquirir una casa en propiedad y dejar de vivir de alquiler. Para llegar a este momento, se suelen dar algunas situaciones que nos impulsan a ello.
Estabilidad económica y emocional
No sólo hay que fijarse en cuánto se cobra, sino en si ese empleo es estable y nos genera tranquilidad. También es importante no tener en mente futuros cambios de residencia o de lugar de trabajo, ya que de lo contrario no merecerá la pena comprar una casa.
Que la hipoteca sea más baja que la renta de alquiler
Una de las claves para decidirnos a comprar una casa es ver que la cuota hipotecaria que pagaríamos es más baja que la renta de alquiler. Para que esto sea efectivo, hay que comparar ambos pagos en casas similares, en la misma zona y con las mismas prestaciones.
Tener dinero ahorrado
Una de las recomendaciones es tener, por lo menos, el 30% del precio de la vivienda ahorrado. Esto es muy importante para hacer frente a los pagos e impuestos iniciales, y porque la hipoteca no financia el 100% de la casa (suele financiar el 70%-80%). Además, disponer de ahorros hará que nos sea más fácil conseguir la hipoteca.
También es importante la capacidad de pago: cuanto menor sea el esfuerzo que haya que hacer para pagar la vivienda, mejor.
Aprovechar los precios bajos
Actualmente, el precio de las viviendas ha bajado en prácticamente todo el territorio español. Hay que saber aprovechar este momento porque, una vez que las casas se encuentran en precios mínimos, lo normal es que vuelvan a subir.