En alguna ocasión hemos mencionado en este blog algunos de los detalles que no se tienen en cuenta a la hora de adquirir una vivienda. No leer del todo lo que se va a firmar, no invertir en un abogado o no apostar por una inmobiliaria son algunos de los más habituales. Hoy, siguiendo en esa línea, y esperando que sirva de ayuda a todos aquellos posibles compradores, te traemos algunos errores habituales al comprar una casa.
Saltarse el presupuesto establecido
Antes de empezar a pensar en contratar una hipoteca hay que establecer un presupuesto realista. Una vez comenzada la búsqueda es necesario ceñirse al mismo y descartar las opciones que se encuentren fuera de las posibilidades del comprador. A la hora de contratar una hipoteca es necesario contar con una situación financiera estable. Los expertos recomiendan que el endeudamiento por obligaciones financieras no suponga más del 35-40% de los ingresos mensuales de una persona. En resumen: uno de los errores habituales al comprar una casa es no darnos cuenta de que nos costará hacer frente al precio.
Los gastos adicionales
Más allá de la hipoteca encontraremos gastos a tener en cuenta como el notario, el registro de la propiedad o impuestos como el IVA. Además de considerar también otros gastos fijos que deberá asumir el propietario como el IBI, la tasa de basuras o la cuota de la comunidad.
Obviar detalles durante la inspección
El día de la visita es decisivo. Llegado el momento conviene acudir con una lista detallada de todo aquello que se quiere revisar para evitar sorpresas desagradables en el futuro. La mejor opción es contratar a un inspector profesional que se encargue de corroborar el estado de la vivienda e identificar posibles defectos. Hay que tener en cuenta que una vez firmada la compraventa los desperfectos que tenga la casa y sus correspondientes arreglos pasan a ser problema del nuevo propietario (salvo excepciones concretas).
Centrarse en las necesidades actuales
Encontrar la casa ideal es una tarea complicada. No sólo hay que tener en cuenta el precio, sino también otros factores como la localización, distribución o incluso posibles reformas. Uno de los errores habituales al comprar una casa es hacerlo en función de las necesidades que se tienen en ese momento: se trata de una decisión que hay que tomar pensando en el futuro. Es posible que pasado el tiempo se quiera, por ejemplo, aumentar la familia. En ese caso conviene prever cuánto espacio adicional sería necesario para la llegada de un nuevo miembro.
Temor a negociar el precio
Esto es muy común y es algo de lo que las personas suelen arrepentirse con el tiempo. Nunca se debe tener miedo a negociar el precio de la vivienda. Apartar la vergüenza puede suponer una reducción significativa en el precio.
Quedarse con la primera opción sin haber comparado
Para poder tomar la mejor decisión conviene hacer un ejercicio de búsqueda exhaustivo. Conocer qué otras viviendas se venden en la zona y cuál es el precio medio de mercado puede resultar de gran ayuda.