La cláusula suelo establece un mínimo a pagar por las cuotas de la hipoteca en caso de que el Euribor o los intereses bajen demasiado. También existen las cláusulas techo, aunque no se suelen utilizar ni aplicar, que impiden pagar una cuota demasiado alta si los intereses suben. Se tratan de límites en las hipotecas variables.
La cláusula suelo impide pagar menos en los momentos en los que baja el Euribor, constituyendo así un freno al verdadero propósito de las hipotecas a tipo variable. Se establece un porcentaje mínimo a pagar al que hay que hacer frente aunque las tasas de interés sean menores. Es muy importante que la entidad bancaria o financiera comunique con precisión la existencia de esta cláusula antes de firmar.
Es legal establecer cláusulas suelo siempre y cuando haya una total transparencia con el cliente y se encuentre informado en todo momento y en conocimiento de la existencia de dicha cláusula. No es importante únicamente que el cliente sepa que su hipoteca tiene una cláusula suelo, sino que debe conocer de qué se trata y cómo funciona.
Para que esta cláusula tenga una total transparencia y, por lo tanto legalidad, es necesario cumplir con una serie de supuestos:
- Explicación de la cláusula de forma detallada en las características de la hipoteca.
- Simulación de costes y pagos de la cláusula suelo.
- Comparaciones con otros productos y ofertas.
- Informar al cliente de si la hipoteca con cláusula suelo es adecuada para él.
- Debe incluirse entre los elementos principales de la hipoteca y no entre los secundarios.