Hay muchos propietarios dispuestos a obtener unos ingresos extra, y para ello hay que buscar nuevas maneras de reinventar el mercado inmobiliario. Para ello y desde hace algún tiempo, se viene practicando una tendencia al alza en Madrid y Barcelona que también llegará a Baleares este verano: el alquiler de terrazas para eventos o fiestas privadas.
Se trata de sacarle rendimiento a la azotea cuando su dueño está fuera de casa. En el 90% de los casos son arrendadas por particulares para celebrar cumpleaños, aunque también para reuniones familiares, barbacoas y afterworks. Existen plataformas que gestionan esta actividad funcionando como intermediarias, y aseguran que cada anfitrión gana unos 200 euros de media, más una tasa de limpieza, por arrendar su terraza durante unas seis horas.
Sobre la llegada de esta práctica al archipiélago balear, han hablado los diferentes partidos que gobiernan en las islas. Palma es el principal objetivo de estas plataformas y para el alcalde, Antoni Noguera, se trata de una actividad «inoportuna» de la que avisa que «seguiremos de cerca para ahorrarnos problemas. Las casas están hechas para vivir y las terrazas para que la gente que tiene una casa las disfrute». El edil ha asegurado que “lo que intentamos es no crear conflictos entre actividad económica y convivencia de los vecinos en los espacios privados».
Por su parte, los partidos de la izquierda, PSIB, Podemos y Més, han defendido que «habrá que regular esta actividad, al igual que los alquileres turísticos» y el portavoz de El Pi, Jaume Font, opina que «hay que mirar qué consecuencias tiene, si genera molestias y si no está ya regulado por otros lados”.