Nuestras costumbres cambian y, con ellas, nuestros hábitos. Hace unos años la gente en España solía arrendar viviendas durante largos periodos para pasar las vacaciones, pero actualmente esto ha cambiado.
Cada vez son más las personas que alquilan una vivienda vacacional durante unos pocos días, llegando incluso a hospedarse en casas de gente que destinan algunas de sus habitaciones a este fin. Debido al boom que está teniendo esta práctica en los últimos años, muchos propietarios deciden lanzarse a la aventura y ofrecer sus viviendas, llegando incluso a pedir créditos para comprar nuevas viviendas y arrendarlas.
No se sabe si por moda o porque realmente es una opción muy a tener en cuenta por los inquilinos, cada vez son más demandados este tipo de alquileres de corta estancia. Tanto es así que este tipo de práctica ha llegado a convertirse en una de las más demandadas y los propietarios han comenzado a invertir en ella, esperando obtener grandes ingresos y beneficios. Pero, tras la anterior crisis inmobiliaria que aún deja secuelas en algunos sectores cabría preguntarse: ¿es el alquiler vacacional una nueva burbuja a punto de estallar?
El gran aumento y la buena acogida de este tipo de alquileres vacacionales han hecho que su popularidad haya crecido considerablemente en los últimos años, llegando a conseguir el recelo del sector hotelero que no ve con buenos ojos cómo los particulares les van ganando terreno en un oficio tradicional que se creía consolidado. Tanto es así que el número de lugares que ofrecen alquileres vacacionales o de corta estancia no deja de aumentar con precios muy competitivos que los hoteles y apartamentos convencionales no son capaces de igualar.
El auge de este tipo de arrendamientos se debe, en parte, al cambio de mentalidad de la población que empieza a ver con buenas ojos la “economía compartida” o sharing economy, lo que se ha trasladado ya no sólo al alojamiento sino a los coches, taxis, etc; y al ahorro de dinero que supone. Además, muchos hoteles o apartamentos tienen establecidos unos días mínimos para poder realizar la reserva, algo que los alquileres de corta estancia han eliminado y, por lo general, ofrecen sus inmuebles sin reparar en días mínimos, algo muy cómodo para los inquilinos.
Como se espera que siga aumentando este tipo de alquiler y que se expanda el número de alojamientos disponibles para alquiler vacacional o de corta estancia, son muchas las personas que han decidido invertir en este sector y llegar a pedir préstamos e hipotecas para adquirir más inmuebles y ofrecerlos como alquiler de este tipo. Actualmente la demanda es buena y según los datos actuales, se espera que siga mejorando, pero podríamos estar ante una nueva burbuja a punto de estallar, con lo que se repetiría la historia reciente y esto conllevaría grandes pérdidas de dinero para los caseros.
El gran aumento y demanda que están experimentando este tipo de alquileres podría conllevar una subida en sus precios, lo que podría llevar a una burbuja inmobiliaria y, después, a su estallido. Este drástico e hipotético final para los alquileres vacacionales y de corta estancia conllevaría la ruina de muchos de los propietarios que han pedido créditos hipotecarios para afianzarse en este sector y el fin de este tipo de alquileres tan practicados hoy en día.
