
La demanda de casas prefabricadas es cada vez más habitual en España. Desde 2015, la compra de estas viviendas se ha triplicado, y han pasado de ser poco más de 2000 por aquel entonces a 7000, en 2017. Las razones de este aumento son tres: son más baratas, la construcción es más rápida y permiten ampliaciones porque son modulares.
En nuestro país desde siempre ha habido cierto rechazo a las típicas de casa de madera, por pensar que podían ser de menor calidad, pero en países como Estados Unidos o Canadá es habitual ver este tipo de construcciones en el paisaje. Por fuera, nada diferencia a una casa tradicional de una prefabricada; de hecho ya las hay de piedra, hormigón o de acero. La diferencia está en que las piezas se construyen en una fábrica, con un mayor control de todos los procesos, y luego se llevan a su destino final, donde necesitan una base de hormigón y los mismos permisos que una de obra.
El precio está entre 800 y 1.000 euros el metro cuadrado, mientras que las tradicionales oscilan entre los 1.300 y 1.600 euros. Pero hay que tener en cuenta el precio del solar donde se instalará o las excavaciones que haya que realizar en el terreno, por lo tanto el precio final quizá no varíe tanto de una casa tradicional. Pero te ahorras tiempo de la obra, y suponen un gran ahorro energético, pues al tratarse de nuevas construcciones, incluyen las últimas innovaciones y certificados de eficiencia energética.
Las ciudades donde están más solicitadas son Madrid y Barcelona, pero también en muchas zonas costeras, donde se utilizan como segunda residencia.
El Ayuntamiento de la Ciudad Condal, de hecho, ha decidido usar estos modelos que se podrán instalar en poco tiempo en solares de propiedad municipal, para concederlas por cinco años y que se beneficien de ellas quienes han pedido un alquiler social en Barcelona, unas 30.000 personas. Otros consistorios como el de Palma, también se están planteando esta medida. En otras ciudades, como Amsterdam, ya funcionan barrios como el de Keetwonen con cientos de contenedores reconvertidos en viviendas. Y otro ejemplo es el de las casas prefabricadas de Brighton, en Gran Bretaña.