Quienes esperan un bebé estarán familiarizados con el nesting. No nos referimos a la moda de atrincherarse en casa durante todo el fin de semana. Hablamos del síndrome del nido, algo que ocurre a los futuros padres de forma instintiva durante el tercer trimestre. Se trata del interés por poner el hogar a punto ante la inminente llegada de un nuevo miembro a la familia. Limpiar a fondo, dejarlo todo en orden, y liberar el espacio de objetos potencialmente peligrosos son algunas de las actividades que aparecen de forma instintiva. Pero ¿cuáles son los cambios que realmente se necesitan para preparar la casa para la llegada de un bebé?
Como ya sabemos, la llegada de un bebé implica modificaciones que van desde la decoración de su habitación hasta la distribución del baño o la ubicación de la trona en la cocina o comedor. De hecho, algunos informes sobre decoración y mejoras del hogar indican que el motivo principal por el que los jóvenes realizan cambios en su casa es para adaptarla al cuidado y las necesidades de un hijo. Y, a juzgar por lo que cuentan los afectados y los profesionales, estos son los ocho cambios fundamentales para preparar una casa a prueba de bebés:
Gana espacio para guardar cosas
Inevitablemente, la llegada del nuevo miembro de la familia significa que la casa se llenará también de nuevos objetos, como ropa y accesorios para el cuidado y el juego del bebé. Si los armarios ya están funcionando a pleno rendimiento, es esencial buscar otros lugares de almacenaje. Hay que aprovechar al máximo los espacios muertos: por ejemplo, integrar cajones para los huecos que quedan debajo de los muebles o, si vives en una casa con techos altos, considerar construir un altillo.
Elige materiales resistentes
Preparar la casa para la llegada de un bebé también implica la más que redecoración. Las tapicerías claras y los tejidos delicados no son aptos para bebés. Derrames de leche, alimentos, u otros fluidos forman parte de la cotidianidad de las nuevas familias, de modo que vale la pena elegir muebles y tapizados de materiales prácticos y resistentes.
Protege ventanas, balcones y escaleras
Quizá hasta ahora no lo habías pensado, pero los balcones y ventanas pueden llegar a ser una trampa para los más pequeños. Por ello, los hogares con niños deben incluir bloqueos de seguridad infantil o redes en ventanas y balcones. En el caso de las escaleras, las barreras evitan el tránsito del menor sin supervisión adulta. Los expertos advierten de que cualquier hueco superior a 10 centímetros debe ser cubierto con redes de seguridad infantil para evitar caídas o atrapamientos del bebé.
Ningún objeto pequeño ni cordón a la vista
Preparar la casa para la llegada de un bebé también implica pensar en el largo plazo. Por ejemplo, cuando comienza el gateo, cualquier elemento que esté al alcance del niño podrá llegar a ser peligroso: podría ir directo a la boca y, si su tamaño es pequeño, constituir un potencial riesgo de asfixia. Los expertos recomiendan gatear por la casa con una caja de cartón en la mano, a la que le habremos hecho previamente un agujero de 3 centímetros de diámetro. Todos los objetos que encontremos al alcance del pequeño y puedan introducirse por ese agujero son un riesgo de asfixia y deben desaparecer de su vista. También hay que estar alerta con esa tendencia de decorar la habitación del pequeño con guirnaldas o globos que pueden llegar a obstruir sus vías respiratorias. Ocurre lo mismo con las cuerdas de cortina, los cables o las persianas: cualquier cordón largo deberá estar enrollado en la parte superior, evitando la manipulación infantil.
Bloquea los armarios de productos químicos
Cualquier casa está repleta de productos químicos tóxicos: pinturas, barnices, productos cosméticos, de limpieza, medicamentos… Otra de las grandes claves a la hora de planear cómo preparar la casa para la llegada de un bebé es tener en cuenta que son objetos llamativos para nuestro pequeño explorador, por lo que, además de colocarlos en cajones o armarios, debemos incorporar bloqueos de seguridad infantil para evitar el acceso a ellos.
Instala retenes en las puertas
Otro elemento que debemos revisar cuando hay un pequeño en casas son las puertas. Son elementos que se mueven con facilidad, tanto por agentes externos, como por corrientes de aire, como por el propio niño, que puede utilizarlas para jugar. Debemos incorporar retenes que las inmovilicen (ya que puede evitar que el niño se pille los dedos con ellas) pero hay que intentar que no sean llamativos, porque se convertirían en un juguete más.
Llena la nevera y el congelador de provisiones
Cuando el bebé llega a casa, el tiempo libre se esfuma literalmente. Puedes aprovechar el síndrome del nido para cocinar y congelarlo todo. Tener comida hecha las primeras semanas facilita muchísimo la logística y la carga mental.
Adecuar el ropero
Esta vez no se trata de buscar armario para la ropa del bebé sino de adecuar el de los padres. Durante meses, las exigencias de etiqueta cambian, y conviene preparar nuestro vestuario para ello. La carga del posparto exige ropa confortable que lo mismo sirva para salir de paseo que para echar una cabezada a media mañana. Todavía más en el caso de la mujer que acaba de dar a luz. Los expertos en maternidad advierten que el posparto es delicado: el cuerpo está volviendo a su sitio, se sangra y te pasas el día amamantando. Es importantísimo sentirse cómoda, y se necesita mucha ropa porque a menudo es imprescindible cambiarse varias veces al día.