Cómo proteger tu casa del frío y ahorrar dinero

Cómo proteger tu casa del frío y ahorrar dinero
7 noviembre, 2019 REDPISO

Ahora que el termómetro comienza a señalar definitivamente las temperaturas frías que estarán con nosotros durante los próximos meses. Contra eso, la calefacción volverá a ser una de las grandes estrellas de la temporada. Para ayudarte a proteger tu casa del frío y ayudarte a ahorrar la máxima cantidad de energía y dinero posible, vamos a repasar una serie de útiles consejos.

Tapar las fugas de calor

Hay que tener en cuenta que, a la hora de proteger tu casa del frío, una gran parte de la climatización del hogar se pierde por pequeños resquicios y grietas a los que no damos importancia pero que la tienen y mucho. Con cintas adhesivas de aluminio, silicona, sellos y aislamientos a prueba de corrientes de aire en las puertas, ventanas y grietas se podría mantener un 10% más el calor generado por la calefacción. E instalar estas cintas o productos de sellado puede hacerse sin tener grandes conocimientos en reformas y obras. Y, además, son relativamente baratas.

Otro punto importante de posible pérdida de calor que debemos revisar es la caja donde se enrolla la persiana. Puede ser otro de los puntos de entrada y salida de calor. Para evitarlo, se recomienda aislar la estructura interior con poliestireno expandido o lana mineral de roca.

Instalar válvulas termostáticas

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) aconseja programar la calefacción para que se encienda un rato antes de que vayamos a necesitarla; por ejemplo, 30 minutos antes de levantarse. Y si la caldera no cuenta con este sistema de programación, se pueden incorporar válvulas termostáticas que regulan de forma automática el caudal de agua caliente del radiador, aumentando o disminuyéndolo según la temperatura de su termostato. Los últimos estudios del IDAE revelan que el uso de estos dispositivos proporciona un ahorro de energía del 40% en comparación con una vivienda sin ningún controlador.

Reorganizar los muebles

El mobiliario puede ser uno de los responsables de que necesites más energía para proteger tu casa del frío . La cuestión es que los muebles absorben el calor (que restan del ambiente). Por ello, la decoración debe seguir una estructura eficiente. Los que más calor atraen son aquellos hechos de tela, como los sofás o sillones. Pero también, otros textiles, como las cortinas.

Por eso el consejo de los especialistas en interiorismo es alejar los muebles del radiador, para que el aire caliente pueda circular libremente. Lo mismo ocurre con las cortinas o la ropa tendida, las cuales se deben apartar del radiador para aprovechar al máximo la fuente de calor.

Limpiar y revisar la caldera y los radiadores

Una limpieza a tiempo de la caldera también permitirá ahorrar combustible y producir menos residuos. Además, este mantenimiento previo, antes de que llegue el frío y haya que usarla a diario, garantiza la seguridad cuando esté funcionando a pleno rendimiento. Si lo que tenemos en casa es un radiador y notamos que no se calienta, seguramente el circuito tendrá aire, y habrá que purgarlo. Si es una estufa o una chimenea, debemos asegurarnos de que los tiros están limpios, y de usar siempre la leña o el combustible adecuado.

Usar estufas sostenibles

Existen espacios en el hogar que requieren un extra de calor, bien sea porque la calefacción es deficiente en esas áreas de la casa o porque se necesitan unos grados extra para ciertas actividades. La estufa puede ser una alternativa ecológica para la calefacción de una vivienda. Ese es el caso de las de leña o de pellets que además imprimen un carácter actual o rústico. Las de pellets utilizan combustible sostenible que, además, ofrece un precio competitivo y estable respecto a los combustibles fósiles, y se caracterizan por su alto poder calorífico, lo que permite conseguir rendimientos energéticos muy elevados.

Recuperar las alfombras

Con la llegada del frío, igual que conviene revisar la disposición del mobiliario para que no tapen las fuentes de calor, también es importante recuperar las alfombras. Puede que pienses en ellas como un recurso decorativo, pero la realidad es que estos elementos tienen también un carácter aislante. Los tejidos naturales, como la lana o el algodón, proporcionarán la calidez necesaria en el hogar. Otros tejidos naturales, como el yute o el mimbre, además de ser tendencia, son más fáciles de limpiar que los primeros, y se adaptan a cualquier estación del año. Algunas alfombras incluso pueden colgarse de las paredes, a modo de tapiz, y ayudar con ello mantener el calor de las habitaciones.

Ajustar la temperatura

¿Sabías que por cada grado en que se incrementa la temperatura de una vivienda el consumo energético aumenta en un 7%, lo mismo que el gasto en calefacción y las emisiones de CO2? Por ello, proteger tu casa del frío recreando el verano en casa mientras fuera cae una nevada es una terrible idea de cara al consumo. Adaptarse a una temperatura confortable, sin necesidad de estar en casa en manga corta, ayuda a ahorrar. Además, el uso de termostatos y programadores es de mucha utilidad para lograrlo. La temperatura aconsejada es de entre 19º y 21º, bajando a entre 15º y 17º mientras dormimos.

Apagar la calefacción cuando no estás

Uno de los grandes mitos es que, para preservar el calor en casa y ahorrar energía es mejor tener la calefacción en marcha todo el día, para evitar el coste que supone encender y apagar el sistema. Los defensores de esta forma de calentar el hogar argumentan que, si la temperatura dentro de la vivienda desciende, luego necesitaremos usar más energía para recuperar la temperatura de confort… y con ello, se irá nuestro dinero.

Pero los expertos en energía aseguran que es falso, que gastamos mucho menos dinero ajustando el funcionamiento del sistema de calefacción a las horas en las que lo necesitamos. Mantener una temperatura fija precisa de un aporte continuo de energía, debido a las pérdidas de calor que se producen en muros, techos, ventanas o puertas y que hay que ir compensando. En cambio, cuando se apaga la calefacción el sistema deja de gastar energía para equilibrar esas pérdidas, que a medida que la casa se enfría se reducen. Por ello lo recomendable será apagar la calefacción durante las horas de sueño o cuando no se esté en casa.

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