El Banco de España se ha posicionado en contra de limitar el precio de las viviendas de alquiler como una de las medidas de políticas públicas dirigidas a favorecer la oferta de vivienda en este segmento.
Tras un análisis de la evolución de la vivienda, el Banco de España opina que “la riqueza neta de los hogares ha seguido elevándose. Esto ha sido consecuencia de la revalorización de los activos inmobiliarios, en un contexto en el que el precio medio de la vivienda aumentó un 6,7% en 2018”. Por el contrario, también apuntan que “las rentas por alquileres han experimentado, a lo largo de la fase de recuperación, un aumento muy pronunciado hasta alcanzar niveles que se sitúan significativamente por encima de los observados en el ciclo expansivo anterior”. Estas serían las principales razones por las que se oponen a limitar el alquiler.
Este análisis admite que las condiciones de acceso al mercado de la vivienda han tendido a experimentar un cierto endurecimiento recientemente. En particular, por lo que respecta al mercado del alquiler, especialmente debido a la excesiva rotación laboral y el desempleo que afecta a los jóvenes y porque “el aumento de los alquileres ha sido elevado, aunque ello no se ve reflejado en el crecimiento del IPC de alquileres”.
“Esta medida no reduce la oferta y además puede favorecer el deterioro de los inmuebles”
A pesar de esta situación, el Banco de España no cree adecuado limitar el precio de las viviendas alquiladas, ya que, según la evidencia internacional, “este tipo de medidas no sólo reducen la oferta, sino que también pueden favorecer un deterioro importante de los inmuebles”. Señalan también que se debe dar prioridad a aquellas políticas públicas dirigidas a favorecer la oferta de vivienda de alquiler, aunque sin aportar ninguna medida en su informe. Tan sólo aconseja mejorar la seguridad jurídica para que los propietarios de inmuebles encuentren los incentivos adecuados para ofertar sus propiedades en el mercado de alquiler.
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