Ha ocurrido en Malborough (Massachusetts, EE UU), una ciudad de 38.500 habitantes, donde el pasado 15 de mayo un hombre encontró algo que no esperaba al volver a casa. Al llegar a su domicilio acompañado de su hijo, descubrió que alguien había entrado y no precisamente para robar. Su mayor sorpresa fue darse cuenta de que, no sólo habían entrado, no sólo no se habían llevado nada, sino que además se habían dedicado a limpiar y ordenar el interior de la vivienda.
El protagonista de esta historia es Nate Roman, de 44 años, que había estado fuera debido a su trabajo. Fue su hijo de 5 años quien se percató de que la puerta trasera se encontraba abierta. Ante esta desagradable sorpresa, Nate fue revisando una por una las habitaciones y descubrió que por allí había pasado un batallón de limpieza. Cada habitación excepto la cocina había sido limpiada cuidadosamente. La casa olía a lejía y otros productos de limpieza. La habitación del niño estaba con la cama hecha y los peluches ordenados de forma cuidadosa. Además, el papel higiénico del baño había sido adornado con un origami en forma de rosa.
La teoría de Roman es que algún trabajador de un servicio de limpieza de casas puede haberse confundido de dirección.
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