El mejor final al acabar de comer siempre es un postre. Si tienes ganas de uno pero no quieres complicarte demasiado, aquí te dejamos unas cuantas ideas de postres rápidos que puedes preparar en casa.
Sandía con chocolate y frutos secos
Para hacer este postre, por un lado, corta la sandía en triángulos y pica pistachos y almendras. Y por otro, funde al baño María 150 g de chocolate fondant y añade una cucharadita de canela en polvo. Introduce los triángulos de sandía en el chocolate templado, de manera que cubra solo hasta la mitad. Espolvoréalo enseguida con la mezcla de frutos secos por todos lados, para que queden bien adheridos al chocolate, deja que se enfríe.
Piruletas chocolate y frutos secos
Funde chocolate fondant al baño María. Introdúcelo en una manga pastelera (o, en su defecto, en una bolsa de congelar a la que le cortarás una de las esquinas cuando la vayas usar). Sobre una bandeja con papel sulfurizado, distribuye palitos de brocheta. Con la manga pastelera, dibuja formas a su alrededor y tocando el palo para que, luego, queden sujetos a estos. Espolvoréalos con frutos secos picados y deja enfriar hasta que el chocolate se endurezca.
Yogur con compota de fruta
Uno de esos postres rápidos y sanos, con una preparación muy fácil: coloca en cada vasito una capa de compota de fruta, una de yogur, otra de compota y completa con un poco de nata montada y unas hojas de menta fresca. Si no tienes compota a mano, también lo puedes hacer con trocitos de melocotón en almíbar o piña.
Bolitas de fruta
Con ayuda de un sacabolas, haz bolitas de frutas (por ejemplo, melón, sandía y papaya) y sírvelas en cuencos individuales o en brochetas. Además de ser un postre fácil, es muy ligero y refrescante. También puedes utilizar esta idea para cubrir una tarta.
Vasitos de chocolate y nata
Para este postre sólo tienes que tener en casa unas natillas de chocolate y un bote de nata montada. En unos vasitos individuales, coloca debajo las natillas, termina de rellenarlo con la nata y corónalo con frutos secos.
Tartar de fruta
Corta kiwi, manzana, pera, piña y melocotón en taquitos muy pequeños. Mézclalos bien en un cuenco. Calienta a fuego lento hasta que se integren tres cucharadas de mermelada de naranja junto con dos de miel y media de jengibre en polvo. Con ayuda de un aro de cocina (puedes improvisar uno cortando una sección de una botella de plástico), haz los montoncitos de fruta en cada plato, riega con la salsa y decora con frambuesas y tiras o virutas de choco. Postres rápidos y sanos, ¿o no?
Delicias de avena, yogur y fruta
Este desayuno con avena también encaja como postre. En un tarro de cristal, pon una capa de copos de avena machacados con unas avellanas y unas pipas de girasol. Encima de eso, añade una capa de frambuesas batidas con un poco de miel. Luego, una capa de yogur de soja 0%. Y finalmente, unas frambuesas enteras con taquitos de papaya. Lo tendrás listo en un cuarto de hora.
Bocaditos de chocolate con frutos secos
Es uno de los postres más fáciles, y no por ello es menos delicioso. Su única complicación, fundir el chocolate. Y su único peligro, que puede provocar adicción. Pero, por suerte, como es un postre sin base de hojaldre, bizcocho o cualquier tipo de tartaleta, resulta mucho más ligero que otros.
Bocadillos de helado con chocolate
Entre dos galletas de chocolate coloca un círculo de helado y repite hasta conseguir un «bocadillo» de helado por persona. Tápalos con film y presérvalos en el congelador. Mientras funde al baño María chocolate fondant y pica frutos secos. Retira los «bocadillos» del congelador e introdúcelos, solo hasta la mitad, en el chocolate. Retíralos y espolvorea esta parte con los frutos secos picados. Vuelve a dejarlos en el congelador un rato hasta que se solidifiquen y sírvelos.
Brochetas de frutas albaricoque y plátano
Si eliges bien la receta, como estas brochetas de albaricoque y plátano con crema de yogur que te proponemos, no tienes por qué renunciar a un dulce a la hora del postre. Combinando la fibra de la fruta con el poder quemagrasa del yogur, el limón y la canela no hay nada que temer.
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