La comisión de apertura es el dinero que el banco o entidad financiera cobra por formalizar el préstamo hipotecario. La justificación de este pago es cubrir los gastos que la hipoteca le derivará al banco y hacer frente a los gastos administrativos.
Esta comisión varía mucho en función del cliente, el banco y el tipo de hipoteca (tipo fijo o variable), por lo que cabe pensar que se trata más de un impuesto. Esta comisión sirve, en muchas ocasiones, de publicidad para vender hipotecas. Se suelen promocionar hipotecas bajas cuando, en realidad, tienen una alta comisión de apertura. Este pago se realiza en el momento en el que se formaliza la hipoteca. En muchas ocasiones, como el cliente no tiene dinero para pagar, el banco o entidad se encarga de financiar también esta comisión.
Las comisiones de apertura son negociables, por lo que es muy conveniente mostrar nuestra postura frente a la entidad e intentar no pagar nada por este impuesto.