Las hipotecas a tipo fijo, es decir, las hipotecas que no varían en función del Euribor, han cobrado gran importancia en los últimos meses, pues al contrario de lo que ocurría en los últimos años, han comenzado a crecer. En cambio, cuentan con un importante freno: la compensación por riesgo de interés.
La compensación por riesgo de interés se aplica cuando la hipoteca a tipo fijo se cancela antes del periodo de tiempo establecido (puede ser por amortización o por subrogación) y en función de si constituye una pérdida o una ganancia para el banco emisor de la hipoteca. Esta compensación se aplica si, en el momento de la cancelación, los intereses están más bajos que los que se aplican en la hipoteca. Esto supone una pérdida para el banco y habría que compensarle. La cantidad a compensar debe estar fijada en el contrato de hipoteca y es el banco el encargado de demostrar que se ha producido una pérdida de capital por la cancelación de esa hipoteca. La cantidad fijada en la hipoteca (normalmente oscila entre el 2% y el 3%, pero varía en función de cada banco) se aplicará sobre la cantidad amortizada.
Es bueno calcular qué cantidad habría que pagar antes de decidir si se cancela o no la hipoteca, ya que en ocasiones habría que pagar mucho dinero debido a la compensación por riesgo de interés. Actualmente, la competencia entre los bancos hace que éstos decidan rebajar e, incluso, cancelar esta compensación. Es sencillo calcular el importe que habría que pagar al hacer una amortización, por lo que es muy recomendable conocerlo para evitar sustos.