La escritura pública de compraventa es un documento que hay que entregar ante notario y que constituye el mejor vehículo para inscribir la vivienda en el Registro de la Propiedad.
En la escritura pública aparece la voluntad tanto de comprador como de vendedor de realizar la compraventa y se detallan las condiciones de ésta. El notario comprueba la identidad, capacidad y legitimación de comprador y vendedor. Además, comprobará el título de propiedad del vendedor, establecerá un precio máximo para la vivienda, exigirá al vendedor que detalle si la vivienda está libre de deudas y de ocupantes, comprobará si las cuotas de Comunidad están al día y si el inmueble cuenta con certificado energético, con cédula de habitabilidad y con vicios ocultos.
No es obligatorio realizar una escritura pública para comprar o vender una vivienda, pero sí es muy recomendable. El inmueble se puede traspasar mediante la citada escritura pública o mediante un contrato privado.
Diferencias entre escritura pública y contrato privado
En cuanto a la forma, las partes firmantes en el contrato privado son únicamente las interesadas; mientras que en la escritura pública son las partes interesadas y un notario. En el contrato privado cualquier soporte es válido y hay que firmar todas las páginas; y la escritura pública tiene que ser en un papel timbrado y sólo se firma la última página. Además, en el contrato privado se realizan varios documentos y cada parte se queda con un original; mientras que en la escritura pública sólo se hace un documento original y las partes se quedan con una copia.
En cuanto a los efectos, el contrato privado no tiene presunción de veracidad y no puede servir como prueba en determinadas situaciones; mientras que la escritura pública tiene fuerza probatoria y se puede inscribir en el Registro de la Propiedad, por lo que se puede ejecutar directamente en un Tribunal (el contrato privado no se puede inscribir en dicho registro y no es ejecutable en los tribunales). Por último, el contrato privado no representa la transmisión de la propiedad en sí, mientras que la escritura pública sí va acompañada de la transmisión de la propiedad de la vivienda.
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