El verano ya aquí definitivamente, y se ha presentado con una ola de calor de las que duelen. Entre los métodos para tratar de esquivar las altas temperaturas, vamos a reclamar la importancia que tiene un elemento muy común en muchas casas y sin embargo no demasiado socorrido: el toldo. Se trata de una de las soluciones más sostenibles para reducir el calor, y de hecho se calcula que puede reducir la temperatura en hasta 10ºC.
Funciones del toldo
Entre sus principales funciones, encontramos, por supuesto, la de proteger la vivienda de la incidencia directa de los rayos de sol. Esto, además de reducir la luz molesta, sirve como medida protectora frente al desgaste y la decoloración de los muebles y alfombras más próximos a las ventanas. El toldo también ayuda a limitar la entrada de calor, reduciendo la temperatura ambiente y, a su vez, el consumo de aire acondicionado (lo que repercute en la factura y en nuestra salud). Por otro lado, también ayuda a mejorar la intimidad sin necesidad de bajar las persianas y limitar con ello la entrada total de luz natural.
Instalación del toldo
Si se estás pensando en instalar un toldo, es recomendable informarse en el Ayuntamiento sobre si se necesita una licencia o incluso pagar una tasa. Algunas localidades consideran este tipo de reformas obra mayor, por lo que no se puede realizar ninguna modificación en la fachada sin el pertinente permiso. Si resides en una comunidad de vecinos, necesitas la autorización del presidente o administrador de fincas.
De este modo, a la hora de elegir el toldo adecuado para nuestra vivienda, vamos a tener que valorar una serie de condicionantes.
Elegir un toldo
El tipo de tejido que empleemos para la lona, y del cual dependerá el nivel de filtración de los rayos solares. De este modo, podemos encontrar toldos de poliéster (los más económicos pero también los menos resistentes), los de telas acrílicas (mucho más resistentes), de fibras naturales, microperforados (de última generación con gran capacidad de aislamiento térmico), de PVC (orientados a proteger de la lluvia), de vinilo (mucho más impermeables)…
El color del tejido. Para una protección mayor deberemos escoger colores más oscuros. Tanto el color, el tipo de tejido, la densidad y el método de fabricación son factores clave, ya que podrían llegar a reducir la capacidad aislante del toldo en un 50%.
La normativa de la comunidad. Lo normal es que, si vivimos en una comunidad de vecinos, haya un modelo concreto de toldo establecido, sobre todo en lo que a color y estampado se refiere, que debemos cumplir.
El tipo de estructura: con estor (dos brazos anclados a una barandilla, muy estables frente al viento), de punto recto (las barras van sujetas a los laterales), de brazo invisible (cubren mayores espacios), la capota (empleada en ventanas), tipo cortina o quitavientos (con una cobertura vertical)…
El tipo de cierre: actualmente podemos encontrar los toldos automatizados con sistemas de motorización e, incluso, programables, para controlar el cierre del mismo cuando no estemos en casa.
Ahora que ya conoces las ventajas de instalar un toldo en casa y todas aquellas medidas a las que prestar atención, quizá veas con otros ojos el instalar uno en tu ventana, balcón o terraza.
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