Durante los años de crisis los jóvenes (28-35 años) eran el grupo de edad más castigado y con más dificultades para acceder a una vivienda debido a los bajos salarios y a la dificultad de obtener un préstamo hipotecario. Pero actualmente los jóvenes vuelven a comprar vivienda.
La reactivación del sector es ya una realidad y uno de los síntomas es la posibilidad de que este grupo de edad pueda acceder al mercado inmobiliario. Pero los jóvenes tienen sus propias preferencias respecto a la vivienda que quieren: buscan una casa de dos o tres dormitorios, luminosas y en pisos altos (a partir de la segunda planta). También prefieren el centro de las ciudades y quieren que haya parques cercanos. Pero la principal variable que les hace decantarse por un inmueble o por otro es el precio. Esto es en lo primero que se fijan, dejando de lado otras cuestiones como si la casa es nueva o de segunda mano.
Ocho de cada diez jóvenes solicitan una hipoteca para poder hacer frente al pago de la vivienda. Buscan que la cuota mensual sea parecida a la que pagaban anteriormente por el alquiler y quieren realizar reformas para personalizar las estancias de la nueva vivienda.
Las previsiones inciden a pensar de forma positiva. Se cree que con el tiempo mejorarán las situaciones laborales y los salarios, por lo que cada vez más gente, y en espacial jóvenes, podrán comprar una vivienda y adaptarla a sus gustos y necesidades.