Algo tan simple como una cesta de mimbre colocada en un rincón estratégico de una estancia puede dar un toque chick o boho a la habitación. Su característico tono beige transmite naturalidad, pero también pueden pintarse de colores divertidos usando un spray de pintura. Las cestas de mimbre pueden tener un uso funcional, encajan en cualquier parte de la casa y son acordes a todo tipo de estilos.
Es común encontrar este ornamento en estanterías de los cuartos de baño para tener todos los objetos personales ordenados, en el salón, albergando las mantas para el sofá, en el recibidor como paragüero, encima de una mesa con un bouquet de flores, en los dormitorios para ser usadas como joyeros, en la cocina como sitio ideal para colocar la fruta, en las habitaciones de los niños para tener todos los juguetes recogidos y a su alcance e incluso pueden adornar patios, balcones y terrazas revistiendo tiestos en o convirtiéndose en maceteros.
Por otro lado, podemos convertir cualquier cesto de mimbre en bonitas lámparas, originales y tan sorprendentes como nos de la imaginación. De manera sencilla y sólo con un portalámparas una cesta y unas tijeras podemos conseguir sorprender a nuestros invitados con la iluminación de nuestra casa.
Simplemente con haciendo un agujero en la base de la cesta para meter el casquillo del portalámparas e instalando éste en el punto de luz de nuestro techo, tendremos una lámpara innovadora, a la vez de económica. Las cestas de mimbre son cada vez más frecuentes en la decoración de los hogares y siempre permiten jugar con la creatividad de las personas para atribuir estilos y diseños poco comunes.