Para concluir este serial explicativo sobre qué es la nuda propiedad, recopilamos las principales ventajas e incontinentes de esta práctica de reciente extensión. Si bien esta fórmula de venta puede tener algunas ventajas para el comprador, que adquiere una vivienda a un precio inferior al de la propiedad en pleno derecho, y para el propietario, que recibe liquidez sin necesidad de marcharse de su casa, ¿qué hay de los inconvenientes?
Para el comprador
En primer lugar, por parte del comprador se debe tener muy claro que se trata de una inversión a medio-largo plazo, ya que no se podrá tener pleno derecho sobre la vivienda adquirida hasta la defunción del antiguo propietario.
En cuanto a los costes de la operación, es importante subrayar que al hacer la venta en nuda propiedad, los gastos de notario, registro e impuestos los asume el comprador. Además, una vez extinguido el usufructo, el propietario tendrá que hacer frente de nuevo a los gastos de registro e impuestos derivados de la finalización del usufructo y la adquisición del pleno dominio de la propiedad.
Respecto a los costes de mantenimiento de la vivienda, es habitual pactar que corran a cargo del comprador, es decir, el nuevo propietario. Se tiene que tener en cuenta que poseerá una propiedad por la que pagará los impuestos correspondientes (IBI), gastos de comunidad, derramas y otros gastos extraordinarios que puedan surgir. Sin embargo, no disfrutará de ella ni percibirá ningún ingreso mensual por parte del usufructuario.
Un derecho que sí tiene el propietario es que, si necesita liquidez de nuevo, puede vender su nuda propiedad, respetando siempre el usufructo.
Para el vendedor
Para el vendedor, los principales inconvenientes son que se pierde la vivienda familiar y se recibe por ella una cantidad de dinero que se calcula en función de su edad y expectativa de vida: a mayor expectativa de vida, menor precio de venta.
Al hacer la operación, el vendedor debe liquidar la plusvalía municipal por el incremento teórico de valor desde el momento de la adquisición inicial, lo que le supone un gasto asociado a la operación.
Además, aunque esta opción permite vender la nuda propiedad de la vivienda y seguir viviendo en ella, la vivienda ya no pertenece al vendedor, que ahora es sólo usufructuario. Si pensaba dejarla en herencia a sus familiares, ya no será posible. Se pierde patrimonio familiar.
Como ventaja, indicar que si el usufructuario no desea continuar viviendo en la casa, o por temas de salud tiene que ingresar en una residencia o centro hospitalario, podrá alquilarla sin permiso del nudo propietario. En ese caso el alquiler quedará íntegramente a favor del usufructuario.
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