Al entrar a vivir a una casa de obra nueva podemos encontrarnos con desperfectos. Éstos suelen estar causados por prisas al acabar la obra o por intentar ahorrar en la construcción. Los nuevos inquilinos deben reclamar por esto.
Por ello, la empresa promotora debe contratar un seguro decenal, pues es la responsable de todos estos desperfectos. Este seguro sirve durante 10 años y se encarga de todas estas cuestiones. Aun así, existen unos plazos de reclamación en función de los desperfectos: es de un año para los desperfectos relativos a los acabados de la obra, de tres años para los desperfectos de elementos constructivos o que impidan la habitabilidad y de diez años para los defectos relativos a los muros, vigas, etc. Es decir, de los que dependa la estabilidad del inmueble.
Con la contratación de este seguro, que es obligatorio, tanto la empresa promotora como los inquilinos se quedan tranquilos. La empresa porque sabe que cuenta con un respaldo si recibe reclamaciones; y los inquilinos porque saben que existe un seguro que reparará sus desperfectos y que podrán recibir indemnizaciones.
