El municipio de Griñón se encuentra a 28 km al sur de la ciudad de Madrid, muy cerca del límite con la provincia de Toledo. Situado en la zona de turismo de Madrid de la Comarca Sur, entre las vegas de los ríos Guadarrama y Jarama, cuenta, según censo de 2019, con 10.319 habitantes. Hay varios motivos por los que merece la pena valorar Griñón como ubicación de su residencia. Aquí le ofrecemos algunos.
Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción
Se edificó sobre una antigua ermita de estilo mudéjar del siglo XV de la que se ha conservado la torre y la fachada de los pies de la nave. Entre los siglos XVI y XVIII se realizan varias ampliaciones. En su interior consta de una nave con dos capillas: la del Cristo Aparecido, ocupada por el retablo a al mismo y ensamblado en el siglo XVIII y otra que hace de sacristía, primitiva capilla del Cristo, con una bella bóveda de crucería. El ábside está presidido por un magnífico retablo mayor barroco del siglo XVIII, con profusa ornamentación con motivos florales y vegetales y con la madera en estado natural (sin policromar) que se enmarca dentro del estilo churrigueresco. Se conserva en su interior una pila bautismal agallonada del siglo XVII.
La coliflor
El cultivo, consumo y comercio de esta hortaliza empezó en Griñón, como en el resto de España, en el siglo XVIII. Las condiciones del suelo y la existencia de aguas subterráneas de gran calidad proporcionaban el medio adecuado para el cultivo de la misma en las huertas de nuestro municipio. Muy pronto el destino de este producto fue los mercados de la capital, como el mercado de La Cebada y más tarde el de Legazpi, hasta donde los agricultores griñonenses la transportaban en carros y compartía fama con otros productos madrileños como los espárragos y fresas de Aranjuez, las aceitunas de Camporreal, el vino de Móstoles, el pan de Torrejón, etc.
La senda ecológica
Un agradable paseo en un espacio natural que discurre a lo largo del arroyo recuperado del Carraperal hasta llegar al pinar con el mismo nombre. La vegetación la fauna y el agua cobran especial importancia, pudiendo disfrutar de la observación de distintas clases de aves, patos principalmente, durante el paseo.
Plaza de la fragua
Presidida por una escultura que hace referencia al viejo oficio de herrero y al nombre de la plaza, realizando sus tareas de producción en la fragua mediante las principales herramientas: el yunque y el martillo.
Plaza de las colifloreras
Es el principal acceso al municipio desde la carretera de Humanes de Madrid y lugar desde donde parten las líneas de autobuses que comunican el municipio con municipios vecinos y con la capital. La noria fue traída desde Consuegra (Toledo) y restaurada, acoplándosele un motor con el que se saca el agua de un aljibe, la derrama sobre unas rocallas y la distribuye por unos canales alrededor de la rotonda retornando finalmente al pozo.
Plaza mayor
Es el centro neurálgico de la localidad, zona de reunión de sus vecinos que se juntan en este lugar tanto para charlar como para celebraciones festivas y otras manifestaciones. En el lado derecho se encuentra situado el ayuntamiento, un edificio de dos plantas con soportales, balcón y una pequeña torre con reloj que guarda la estética general del casco antiguo del pueblo. La plaza tiene corte rectangular, con suelo empedrado que forma diferentes mosaicos, animada con dos fuentes (La Cepa, Fuente de la Cantarera) y tres esculturas.
Programa Griñonarte
El propósito de éste proyecto es dotar a Griñón de un nuevo elemento atractivo turístico y el fomento de “sacar de casa” a sus propios vecinos para “vivir la calle” y acercar el arte a los habitantes de la localidad, así como hacer más agradable la visita de los foráneos a través de una ruta que recorre la ciudad. Es una colección de reproducciones a gran escala de pinturas clásicas y modernas que se exponen en muros y paredes de las principales calles del casco antiguo de Griñón, con la que se pretende acercar el arte tanto a los habitantes de la localidad como a sus visitantes a través de una ruta que comienza en el paseo de la Cárcava y termina en la Avenida de la Juventud. Se trata, además, de una actividad dinámica: las obras se renuevan anualmente, dando a los artistas aspirantes la oportunidad de conseguir un espacio donde exponer sus obras.
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