Ha llegado el último día del año y con él los propósitos para el año que viene, se empiezan a acumular en nuestro cabeza. Aquello de apuntarse al gimnasio, llevar una buena alimentación, dejar el tabaco… Propósitos que, a menudo, se quedan en el punto de partida ya que es más difícil de lo que uno cree conseguir llevarlos a cabo. Pero como nada es imposible, para comenzar este año con buen pie podemos empezar por limpiar y ordenar la casa; vaciar los armarios de ropa que no nos ponemos; tirar todo aquello que ya no usamos y dejar nuestros espacios de vivienda y trabajo listos para comenzar una nueva vida.
Esto es lo que los japoneses llaman «Oosouji». Una tradición milenaria cuyo objetivo es recibir el año sin cargas, libres y limpios. Lo que a priori puede parecer un tanto extraño, tiene bastante sentido común. Según varios estudios psicológicos existe una tendencia humana a acumular cosas, que está relacionada con factores históricos, sociales y culturales; pero que también tiene mucho que ver con la persona y su influencia emocional.