El síndrome postvacacional consiste en un trastorno adaptativo con una sintomatología similar a la del estrés o la depresión y aparece cuando al finalizar un periodo de descanso, mayor al habitual, volvemos a la rutina diaria.
Este síndrome es habitual en septiembre, con la finalización de las vacaciones y el retorno al trabajo. Su impacto es más fuerte cuanta más distancia exista entre el parón de descanso y el retorno a la actividad. Además, su influencia es mayor en aquellas personas con malos horarios, que no les guste su trabajo, afronten situaciones de despido en sus empresas o sufran de mobbing.
Los síntomas del síndrome postvacacional suelen variar en respuesta e intensidad. Los más comunes son ansiedad, apatía, tristeza, decaimiento, hastío, falta de energía o insomnio junto con palpitaciones, sudoración, hiperventilación o taquicardias y suelen tener una duración de dos a tres semanas.
Hábitos para prevenirlo
- Es importante adaptaros a los horarios habituales de manera progresiva, además de incorporemos al trabajo de manera paulatina, nunca un lunes.
- No debemos traernos trabajo a casa y aprovechar los tiempos de descanso para hacer actividades sociales con familia y amigos.
- Practicar ejercicios de relajación y meditación nos ayudan a despejar la mente y mirar la vuelta a la rutina desde una perspectiva positiva.
- La práctica de deporte nos ayuda a eliminar el estrés y la ansiedad.
- Por otro lado, es imprescindible mantener horarios regulares de sueño manteniendo cada día los horarios de acostarse y levantarse.
Alimentación para combatirlo
- Podemos reducir el cansancio físico y mental con la ingesta de alimentos ricos en magnesio y en potasio como legumbres, cereales integrales, verduras de hojas verdes, frutos secos, cacao en polvo, huevos, miel y semillas de chía.
- Para dormir mejor necesitamos alimentos que incrementen los niveles de melatonina como tomates, cerezas, arroz, nueces, avena, plátanos y maíz dulce.
- Con naranjas, piña, grosellas, fresas, kiwis y papaya adquirimos abundante vitamina C, la cual reduce la ansiedad.
- Combatimos la tristeza y la apatía comiendo alimentos ricos en triptófano, entre ellos, plátanos, setas, huevos, lácteos, carnes, cacao, nueces y cereales integrales.
- Asimismo, debemos evitar el café, refrescos estimulantes, el tabaco, alcohol y azúcares refinados ya que causan nerviosismo e irritabilidad.